Menudo revuelo se ha montado a raíz de la publicación de una noticia en un medio de comunicación local que aseguraba que beber agua en las calles de Ibiza se iba a convertir en algo ilegal.
Ayer, el Ayuntamiento de San Antonio daba un paso adelante en la aprobación de una normativa en la que se impide el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública bajo una multa de 750 euros. Sí, quizá la cantidad sea algo exagerada, pero seguro que se te quitan las ganas de botellón por una temporada.
No te preocupes, al contrario de lo que aseguraba la noticia de la discordia, San Antonio no va a dejar que sus ciudadanos y turistas mueran deshidratados bajo el sol abrasador del agosto ibicenco, simplemente van a intentar que esas bebidas que nos echemos al estómago calmen la sed sin provocar la embriaguez que, en la mayoría de los casos, desemboca en espectáculos lamentables por las calles del pueblo y que quedan tras ello en un estado deplorable.
Para los más juerguistas, vamos a dejaros aquí una pequeña guía (pendiente de su aprobación definitiva, eso sí) para que sepáis qué podéis y qué no podéis hacer o beber en las callejuelas del municipio portmanyí.
Primero de todo, olvídate del botellón. O bebes en casa o te gastas los ahorros en el bar. Tampoco vas a poder beber alcohol “en los espacios públicos cuando se haga en envases de cristal o latas”. Esto es lo que cita el artículo, quizás algo desconcertante… ¿si el recipiente es de plástico sí puedes echarte unos tragos? Donde sí podrás beber será en las terrazas de los locales autorizados, lo que no nos queda claro es qué pasará si te alejas de ella unos metros con tu vaso en la mano.
Los menores de 18 años no podrán beber y, por lo tanto, los locales tienen el deber de no suministrarles alcohol. Además, lo establecimientos tales como supermercados no podrán vender esta clase de bebidas a partir de las 00.00 horas y hasta las 8.
La normativa prohibe además la práctica del “todo incluido”, esa que ya conocemos de beber lo que quieras por un precio fijo. Te salvas si estás alojado en un hotel, ya que la norma solo afecta a bares, restaurantes, discotecas, cafeterías… Pero ni se te ocurra sacar un vaso del recinto hotelero ¡estás avisado!
Y, por supuesto, si en un alarde de “inteligencia” pensabas ganarte un dinerillo extra convirtiéndote en vendedor de alcohol ambulante ¡olvídate!
Las sanciones van desde los 750 euros hasta los 3.000, así que ándate con ojo si no quieres que estas se conviertan en las vacaciones más caras de tu vida.
Por cierto, existe algún que otro punto que obviaremos apelando al sentido común de residentes y turistas ¡Que Dios nos pille confesados!