Residentes en Ibiza se alzan contra los abusos que sufre la costa organizando todo tipo de quedadas a través de las redes sociales
Si la semana pasada la creación de varios grupos en las redes sociales denunciando actividades ilegales en Ibiza salpicaron las páginas de los medios locales, esta vez ha sido la organización de eventos por parte de particulares con el fin de frenar los abusos que se llevan a cabo en el litoral ibicenco con total impunidad.
Rápidamente se ha corrido la voz de que este sábado 27 de agosto varios miembros del grupo de Facebook PROU!!! han organizado una sardinada en el embarcadero que un conocido magnate ruso ha levantado frente a su mansión, en Cala Conta. Al parecer, la construcción está custodiada por varios empleados de seguridad que, según relatan los que se han acercado hasta la zona, no permiten el uso de las instalaciones pese a estar ubicadas en un área de dominio público.
Tras el intercambio de faltas de respeto y denuncias, algunos integrantes del grupo decidieron programar dicha sardinada, despertando las protestas de otros miembros de PROU!!! que aseguraban que combatir la ilegalidad con otra ilegalidad no era lo más adecuado, puesto que está prohibido hacer fuego durante los meses de verano.
Finalmente, el grupo público ‘Unitat Vigilancia Eivissa’ ha creado un evento en Facebook ‘Berenada en Cas Rus’ a través del que se cita a aquellos que quieran asistir este sábado al ya famoso embarcadero a merendar: “No habrá fuego ni alcohol. Tiene que quedar más limpio que antes de ir”, reza la página.
Por otro lado, Eivissautòctona Au-Au ha organizado otro acto de protesta en cala Bassa para este mismo sábado con el fin controlar el cumplimiento de la concesión de hamacas en dicha playa. Según informan en el evento, creado también en Facebook, los asistentes se colocarán “en paralelo a la orilla, en silencio y sin ningún tipo de violencia a unos cinco metros del agua (la ley impide que haya hamacas a menos de seis)”. Además, anima a los presentes a ayudar a contabilizar las hamacas que haya para ver si el número cumple con la normativa.
No estamos seguros de si los escándalos se suceden este año con más frecuencia de la habitual en Ibiza o de si los residentes se han empachado de abusos por parte de unos y permisividad por parte de otros. Lo que está claro es que el ambiente está crispado y en vista de que, al parecer, las autoridades miran hacia otro lado, algunos han decidido tomar la iniciativa y actuar con el objetivo de, como poco, hacer ruido.