Las torres de defensa costeras se comenzaron a construir en el siglo XVIII durante el reinado de Carlos III.
Su finalidad era la creación de un sistema defensivo en todo el litoral de Ibiza. Gracias a ellas vigilaban la entrada de naves desconocidas, que podían pertenecer a los turcos o los piratas, entre otros atacantes. Por lo general, son de forma ciruclar, cuentan con dos pisos abovedados y la planta baja era el polvorín.
Algunas de las torres más significativas son: Torre de ses Portes, situada en la punta del mismo nombre, en el extremo sur de la isla de Ibiza; la Torre de Compte, conocida también como torre d´en Rovira, está situada en la parroquia de Sant Agustí mirando a los islotes de s´Espartar y sa Conillera; y las Torres d’en Lluc, que es una fortificación defensiva de la Edad Media de cuyos restos se conservan las bases de dos torres unidas por una muralla con un grosor de 1.85 metros y 1.90, situadas sobre el acantilado de Albarca en Sant Mateu (zona conocida como els Alls).