El Govern publica el decreto de desarrollo de la Ley Turística, por el que las “party boats” de Ibiza se equiparan a los establecimientos de tierra firme.
La polémica de los barcos discoteca en Ibiza y Formentera enfrenta dos visiones: por un lado el derecho al ocio y al esparcimiento al mismo tiempo que un innegable atractivo turístico e importante negocio turístico, por otro, los problemas y molestias que generan las fiestas en los barcos en cuanto a contaminación acústica, suciedad vertida al mar (muchas veces en zonas protegidas de gran valor natural), molestias para los bañistas e incluso problemas de seguridad.
Sin embargo, a partir de ahora las “party boats” tendrán que cumplir los mismos requisitos que el resto de los establecimientos turísticos ubicados en tierra firme, a raíz del decreto aprobado recientemente por el Govern para desarrollar la Ley Turística aprobada en 2013.
Así, la conselleria de Turismo podrá controlar también estas actividades, cosa que antes no hacía, ya que existía un vacío legal, de modo que las “party boats” tendrán que cumplir con los mismos requisitos que se exige a restaurantes o discotecas, como someterse a planes regulares de modernización y calidad, criterios de sanidad, seguridad alimentaria, control de aforo o ruido.
La actividad de las fiestas en los barcos quedaría regulada, en principio, mediante la simple inscripción en un registro de actividades turísticas de las empresas que ofrecen este servicio.
Esto ha provocado un contundente rechazo por parte del Consell de Formentera, cuya consellera de Medio Ambiente, Silvia Tur, ha afirmado: “Formentera no quiere ser la extensión de las discotecas de Ibiza”, y asegura que en lo que respecta a esta actividad, las fiestas en barcos, el decreto no regula nada, sino que es un mero trámite, pues no incluye criterios o condiciones para el desarrollo de la actividad ni tampoco regula ninguna restricción en las zonas protegidas o algún tipo de sanción.
