La familia Cinnamond adquirió s’Espalmador en 1932 por 42.500 pesetas. El Consell de Formentera busca cómo hacer frente a los 18 millones que cuesta hoy el famoso islote para proceder a su compra
El Consell Insular de Formentera y el Govern Balear se reunirán el próximo mes de septiembre para valorar la posibilidad de colaborar en la compra del islote de s’Espalmador, tal y como recoge el periódico El País. La propiedad de este diminuto espacio natural protegido ha ofrecido a la administración formenterense la opción de comprarlo por 18 millones de euros, una cantidad que el Consell es incapaz de asumir por sí solo.
El islote, famoso por su proximidad a la isla de Formentera, sus transparentes aguas y por formar parte del Parque Natural de ses Salines, pertenece al arquitecto catalán Norman Cinnamond y a su hermana Rosy. Ambos lo heredaron de su abuelo, Bernard Cinnamond, que lo adquirió en 1932 por 42.500 pesetas. Carlos Tur Roig fue el encargado de su venta, cuyo pago se estipuló en 22.500 pesetas en metálico y el resto en anualidades que irían desde 1933 hasta 1936.
A día de hoy, la propiedad de s’Espalmador reconoce que su compra sería lo más sensato para proteger este valioso enclave como se merece. La primera oferta que lanzaron el arquitecto y su hermana fue de 24 millones, sin embargo, han decidido rebajarla a 18 para facilitar la transacción. El Consell de Formentera ha mostrado su interés en esta adquisición, no obstante, también es consciente de que el importe que solicitan los dueños del islote es igual al presupuesto del que disponen para todo el año, razón por la cual han solicitado la ayuda del Govern y no descartan ir más allá.
S’Espalmador cuenta con una extensión de 137 hectáreas y, pese a las medidas de protección que se han impuesto para preservar el islote, actualmente se encuentra amenazada por la cantidad de barcos que fondean en su costa. Sin ir más lejos, hace una semana un incendio provocado por el presunto disparo de una bengala desde una de las embarcaciones que se encontraba en la zona arrasó con casi una hectárea de sabinar.
En caso de lograr su compra, el espacio pasaría a ser de dominio público y el Consell tendría un control mucho más firme a la hora de imponer sanciones y regular su conservación. De no ser así, su titularidad podría pasar a manos de otro particular. En ese caso, solo cabría esperar que tratara s’Espalmador con el mismo cariño que desde la entidad formenterense aseguran ha gestionado su propiedad la familia Cinnamond.