Muy cerquita de Ibiza y a tan solo 8 kilómetros de San Antonio se encuentra San Rafael, oficialmente Sant Rafel de sa Creu.
Este singular pueblo ha sido declarado “Zona de interés artesanal” ya que en él podemos encontrar a los mejores ceramistas de la isla, aquellos que poco a poco han ido creando escuela. Puedes visitar los diferentes talleres-tienda y ver modelar la arcilla hasta lograr verdaderas obras maestras, tanto de inspiración púnica y tradicional como moderna. Todos los jueves de verano (de junio a septiembre) se celebra por la tarde la Muestra de Artesanía de San Rafael. Tiene lugar en la calle principal y cuenta con unos 50 puestos. La cerámica tiene un papel protagonista, aunque también se pueden encontrar otros productos artesanales y gastronómicos.
Sin duda es un lugar tranquilo y en cuyo centro urbano podemos descubrir restaurantes muy variados en cuanto a tipo de cocina y precio. Esta amplia oferta choca con el tamaño más bien reducido del pueblo, lo que lo hace perfecto para todo el que quiera evadirse de las aglomeraciones.
Su núcleo urbano creció alrededor de la iglesia de San Rafael, situada en la plaza de Joan Marí Cardona. La mandó construir el obispo Manuel Abad y Lasierra en 1786 y su primera misa se celebró sin estar terminada del todo en 1793. Desde esta iglesia encalada situada sobre un mirador disfrutaremos de unas excelentes vistas al mar y a Ibiza, con la silueta de Dalt Vila recortada en el horizonte. En días claros, que en Ibiza son casi todos, se puede ver hasta la isla vecina de Formentera.
En definitiva es un pueblo del interior muy tranquilo, perfecto para el descanso o para reponer fuerzas, sobre todo si acabas de visitar las famosas discotecas Amnesia y Privilege, que se encuentran a escasos kilómetros.