Ante un problema importante en Ibiza, una solución muy sencilla
Hay unos 20.000 coches de alquiler en Ibiza, la mayoría sin cenicero, lo que favorece que las colillas se lancen por la ventanilla y el riesgo de incendios aumente.
Cada temporada contemplamos con impotencia como parte de la isla se vuelve pasto de las llamas debido, en la mayoría de los casos, a negligencias imperdonables.
Aún se nos pone la piel de gallina al recordar incendios como el de Benirràs, que arrasó en 2010 unas 400 hectáreas de pinar, o el de la sierra de Morna en 2011, en el que ardieron 1.443 hectáreas de monte.
Lo cierto es que Ibiza no gana para sustos. Cada verano aparece el típico personaje que no encuentra mejor momento para quemar sus rastrojos que los días de fuerte viento y temperaturas asfixiantes y ¿qué decir de aquellos conductores que no ven opción más acertada para arrojar la colilla de su cigarrillo que la de la ventanilla de su coche?
Esta última práctica se está extendiendo cada vez más, una conducta de lo más incívica que no dejamos de presenciar en Ibiza, una isla que precisamente no puede presumir de tener los márgenes de las carreteras limpios de esa maleza que prende con una facilidad pasmosa.
Al parecer, son muchos los que no entienden que esta actuación conlleva sus riesgos y, por si fuera poco, les damos la posibilidad de justificar este modo de actuar poniéndoles al volante de coches sin cenicero.
Y ¿qué coches son esos que no van equipados con un simple cenicero? Pues, muy a nuestro pesar, los de las casas de alquiler de vehículos. Y decimos muy a nuestro pesar porque este verano circulan por Ibiza la friolera de unos 18.000 y 20.000 coches de alquiler, según el presidente de la Agrupación Empresarial de Alquiler de Vehículos de Baleares, Ramón Reus, quien estima que en Formentera la cifra es de unos 3.500. La mayoría de los automóviles de baja y media gama no cuentan con un recipiente en el que apagar y tirar la colilla, con lo que la probabilidad de que el conductor la lance por la ventanilla aumenta considerablemente.
Imaginad por un momento que solo la mitad de esos casi 20.000 vehículos no cuente con cenicero ¿Arriesgado, verdad?
Vanesa, una ibicenca harta de ver cómo los conductores se deshacen de las colillas por la ventanilla sin ningún escrúpulo, decidió denunciar este hecho ante Medio Ambiente sin obtener respuesta. La residente es consciente de la dificultad que supone obligar a los rent a car a incluir ceniceros en sus flotas debido a que, además de que supone un ahorro para ellas, evita en parte que se fume dentro de los turismos. Sin embargo, no entiende por qué no ofrecen alternativas: “podrían usar una lata, una simple botella… no es tan difícil”, apunta.
Vanesa tampoco comprende por qué se hacen campañas contra el fuego en las que los carteles se diseñan únicamente en catalán, “cuando la mayoría de la población de Ibiza en verano es extranjera”. Concretamente, se refiere a los pósters que el Govern Balear ha creado con el eslogan ’Ni1foc al bosc!’. La intención es buena, pero quizás el método elegido no sea el más correcto.
Obviamente nos encontramos ante un tema difícil de controlar, pero ¿y si probamos intentando crear un poco más de conciencia medioambiental? Puede que educando a niños y adultos sobre los peligros del fuego, evitando situaciones de riesgo o incluso penalizando ciertas conductas pudieran evitarse desastres de tal envergadura. Al fin y al cabo, prevenir este tipo de catástrofes está en nuestras manos.