Hay quien sostiene que la vida cambia de la noche a la mañana y sino ¡que se lo digan a Ramón Guimerà! De ser jefe de personal y de sala de Amnesia Ibiza, una de las discotecas más célebres del mundo, Guimerà pasó a centrarse en la importancia de las emociones, en cómo afectan a nuestra persona y en cómo gestionarlas. Se dedica a hacer acompañamientos en bioeuroemociones, en Programación Neurolingüística, coaching motivacional, meditación y reflexología.
El contacto con las personas siempre le ha atraído y la mente del ser humano le fascina. Toda la vida ha colaborado con gente a nivel de grupo, sin embargo, ahora acompaña a individuos de forma personal para ayudarles a entender por qué actúan de un modo determinado y qué consecuencias pueden tener para la mente y el cuerpo dichos comportamientos.
Durante sus años en Amnesia Ibiza, Ramón comenzó a estudiar PNL para gestionar de la mejor manera al equipo con el que trabajaba, no obstante, para él cada persona merece una atención especial que solo hoy puede brindarles.
La seguridad y alegría que transmite al hablar de su actual ocupación no dejan duda de que Ramón ha encontrado su lugar y, según él mismo, cuando lo hallas “las demás cosas fluyen solas”.
-¿Cómo pasas de trabajar de jefe de sala en Amnesia Ibiza al mundo de las terapias alternativas?
Ya trabajando en Amnesia Ibiza empecé a hacer cursos de Programación Neurolingüística porque quería entender el cuerpo y la mente de las personas con las que colaboraba. Así fue como descubrí algo que me encanta.
-Pero algo te haría cambiar el chip de un modo tan radical…
Sí, una serie de cambios a nivel personal. Me di cuenta de que mi cuerpo y mi mente no estaban en coherencia, es decir, que mis pensamientos no seguían la misma línea que mis actos. Mi propio cuerpo me hizo saber que este hecho podía hacerme enfermar, así que decidí frenar.
-¿Cómo se lo tomaron en tu entorno?
Pues imagínate. Pasar de trabajar en uno de los mejores clubs del mundo y de tener una buena posición a “hacer masajes”, como muchos decían, es complicado. La propia sociedad te dice que te equivocas, te tachan de loco. Sin embargo, antes trabajaba unas 14 o 15 horas diarias y ahora tengo tiempo para estar conmigo mismo así que, si eso es quedarse loco, ¡Bienvenida la locura!
-¿Ibiza ha tenido algo que ver en ese paso hacia una vida, digamos, más relajada?
Puede. Al ser una isla es un punto energético muy poderoso en el que hay una parte muy sensitiva con la naturaleza, con la tierra… Ibiza es muy consciente.
-¿Cuál es ahora tu relación con Amnesia Ibiza?
Tengo buena relación con ellos. Me han tratado como a un hijo. Me llevo lo mejor, porque de todas las experiencias se puede sacar algo positivo. Por ejemplo, para mi la crisis implica oportunidad. Te hace sacar lo mejor de ti, evolucionar, aprender y ser más capaz.
-En tu anterior trabajo la música de discoteca sería una constante en tu vida ¿La echas de menos?
No, porque la música sigue acompañándome. Considero que somos música desde el primer latido. En uno de los talleres de meditación que hice en India sonaba trance para conseguir un estado muy profundo ¡Me recordó a Amnesia!
-Siempre has trabajado rodeado de gente y ahora, en cierto sentido, sigues haciéndolo…
Sí. Antes estaba ante 10.000 personas y ahora es un vis a vis, un contacto más directo e intenso. En Amnesia no podía atender a cada una de las personas con las que trabajaba como realmente creo que merecían. En las sesiones a las que me dedico ahora pones todos tus sentidos en la persona con la que estás. Es una forma de comunicación muy relajada que hace que se abran más a ti.
-Háblanos de esas sesiones ¿Qué es la Programación Neurolingüística?
Son unas herramientas que te ayudan a descubrir cuál ha sido el desencadenante de alguna emoción negativa o positiva. En ocasiones, esas emociones desembocan en una enfermedad. Mediante estas herramientas llegamos a un entendimiento de por qué se manifiesta y, una vez comprendes y aceptas el motivo, dicha molestia trasciende.
-¿Has desactivado alguna emoción negativa en ti mismo?
Por supuesto. Siempre he sido comercial y he tratado con muchísima gente, sin embargo, vender algo a puerta fría no se me daba bien. Con estas herramientas descubrí que llegar ante alguien y mostrarle la carpeta era un gesto que asociaba inconscientemente a entregarle las notas a mi padre cuando era pequeño. De ahí que me frenara de esa forma. Ahora lo he superado por completo.
-¿Crees que estos métodos funcionan si la persona tratada no tiene fe en ellos?
Una persona que no considere que el estado mental puede controlar el cuerpo no está abierta a la transformación. Para entender estas cosas hay que confiar en ellas y para lograrlo, lo primero que debes hacer es probarlas en ti mismo como hice yo.
-También empleas estas herramientas con los niños ¿Cómo consigues que ellos crean en algo así?
En este caso los que tienen que tener fe son los padres. El niño solo tiene que elegirte y sentirse cómodo para poder ser tratado. Una vez empatice contigo puedes empezar a acompañarlo.
-La meditación es fundamental en tu vida y tu trabajo…
Sí. Todos los días, igual que me limpio la cara, limpio mi energía a través de la meditación. He hecho varios cursos y retiros en distintas partes del mundo y ahora realizo meditaciones guiadas. Este método ayuda a tomar conciencia de nuestro propio cuerpo, a darle la importancia que realmente tienen automatismos físicos como respirar o mover las manos. Para mi es muy bonito parar un instante y darte cuenta de que eres capaz de respirar. Es una pena que pasemos por alto estos gestos.
-Además de continuar con tus sesiones de bioneuroemociones, meditación o reflexología ¿Qué otros proyectos tienes en mente?
Este verano empiezo nuevos proyectos para organizar actividades para niños en las que aprendan y mejoren sus actitudes y cualidades. También realizaré, a partir de abril, diferentes meditaciones guiadas con un carácter lunar en distintos puntos de la isla.
