Halloween por aquí, Halloween por allá… Desde hace unos años la popular fiesta pagana se celebra en cualquier parte del mundo y, en Ibiza, no vamos a ser menos. Este año se cuentan por decenas las fiestas de Halloween que se llevarán a cabo en la isla y, por fortuna, muchas de ellas siguen ligadas a nuestra auténtica tradición: la del ‘Dia de Tots Sants’.
Y es que no tenemos que olvidar que nosotros tenemos nuestra fiesta, con su propia historia y sus costumbres. Resulta innegable que lo del disfraz es un enorme atractivo, sobre todo para los peques, pero ambas tradiciones no tienen porqué ser incompatibles.
Halloween es una de las noches más esperadas del año en la mayoría de países anglosajones y si hay alguien que lo celebra por todo lo alto son los estadounidenses. Sin embargo, esta festividad tiene su origen en el antiguo festival celta conocido como ‘Samhain’ (fin de verano). Ese día los irlandeses festejaban el último día de la temporada de la cosecha y daban la bienvenida al nuevo año celta.
Dia de Tots Sants y ‘Trencada de fruits secs’
Pero, vamos a lo que nos interesa: la tradición ibicenca que, como no podía ser de otro modo, va ligada a la gastronomía. El 1 de noviembre celebramos el ‘Dia de Tots Sants’, un homenaje a aquellos que ya no están entre nosotros. La noche del 31 de octubre las familias se reunían en torno a la mesa para disfrutar de una copiosa cena denominada ‘sa trencada’. Durante la velada solía comerse frita de porcella (cerdo), frutos secos, fruta de temporada como la granada, buñuelos bañados en vino payés y vino dulce y, en aquellas casas que podían permitírselo, panellets.
La fruta confitada tenía también una gran importancia durante el festejo. Según la tradición, los ‘padrinos’ la regalaban a sus ahijados.
Al parecer, las propias familias salían al bosque a recoger los frutos secos y los piñones con los que llevaban a cabo la ‘trencada’ y elaboraban los panellets, de origen catalán. Todos se juntaban en la mesa y los rompían para sacar el fruto, de ahí la palabra ‘trencada’ (trencar = romper).
Por cierto, en Ibiza también se iba de casa en casa, aunque no para participar en el famoso ‘Truco o trato’. En nuestro caso, la gente joven se hacía con un capazo y pedía algo para las almas.
Todo listo para una cena de difuntos
Antes de irse a la cama, los ibicencos dejaban la mesa montada para que los difuntos pudieran disfrutar también de la comida.
Una lámpara de aceite permanecía encendida sobre la mesa para facilitar la visita de las almas a los vivos a partir de la medianoche. Al día siguiente, la familia volvía a reunirse en torno a la mesa. Sobre ella pasaban un rosario y, tras ello, comían de lo que había sobrado.
Ese mismo día se aprovechaba para visitar la tumba de los fallecidos, adecentarlas y llevarles flores. Este último acto es el que se mantiene actualmente ya que el de la elaboración de ‘panellets’ ha quedado relegada casi al 100% a las pastelerías.
Lo que sí se está intentando recuperar es la tradicional ‘trencada de fruits secs’, que se incluye en la mayoría de los programas de fiestas de algunos pueblos de Ibiza.