Es probable que, si es la primera vez que visitas cala Benirrás, tengas la sensación de que ya la conocías. Esto es porque es una de las imágenes más características de la isla. La fotografía de la puesta de sol tras ‘el dedo de Dios’, como se conoce popularmente al islote que emerge del agua en esta zona, es una de las más utilizadas en los folletos de promoción turística de Ibiza. Si aún no has viajado a la isla pero tienes un amigo que sí lo ha hecho y se ha empeñado en enseñarte sus fotos, seguro que también tendrás esta imagen grabada en la mente.
La cala Benirràs es una de las visitas obligadas de Ibiza, sea en familia, con los amigos o la pareja. Aún estando al norte, su orientación oeste permite disfrutar del sol toda la tarde. Envuelta por montañas repletas de verdes pinos, los domingos se convierte en punto de encuentro de cientos de personas que participan o simplemente contemplan su famosa fiesta de los tambores. Al caer la tarde, justo antes de la puesta de sol, el extremo izquierdo de la playa se convierte en un improvisado escenario donde el espectáculo está asegurado. Mientras unos tocan los timbales, otros bailan, sacan fotografías o beben al tiempo que contemplan el sarao, que se prolonga hasta que el sol se esconde. Son muchos los que aseguran que esta exhibición es una de las pocas que mantiene la esencia hippie que envolvía a la Ibiza de la década de los 70. Desde luego es innegable que la energía que se concentra en el lugar durante ese instante y lo evocador que resulta el entorno no deja a nadie indiferente.
A priori, el agua en Benirràs no será lo que más te sorprenda debido a que su fondo es de arena gruesa y alguna que otra roca y a que la incidencia de la luz sobre el mar no deja que se aprecie bien su color. Si quieres ver claramente los turquesas que la componen, aprovecha para hacer algo de senderismo y aventúrate por la montaña del margen izquierdo. Desde arriba las vistas son impresionantes y podrás llevarte una de las mejores fotos de tu viaje. Si no consigues que te acompañen, pueden esperarte en uno de los dos restaurantes con los que cuenta la cala. Por un lado encontrarás el Restaurante 2000, un local de los de toda la vida, de familia de pescadores, en el que podrás degustar sus sabrosas paellas. Y si te apetece un toque más sofisticado, pásate por Elements y prueba sus platos de cocina mediterránea, sus zumos naturales o déjate mimar con sus masajes.
La playa cuenta con servicio de hamacas y sombrillas y, si no quieres invertir en ellas, recuerda llevar la tuya propia y, a poder ser, una buena esterilla, porque la arena es de grano grueso. Aprovecha la jornada para practicar esnórquel. Bucea hasta los acantilados de las montañas y descubre algunas de las especies más típicas de Ibiza. También puedes dar un paseo por su pequeño mercadillo artesanal hippie y adquirir un buen recuerdo de tu estancia.
Recomendación
Durante la temporada estival, todos los días salvo los domingos se lleva a cabo la famosa batucada. Cuenta con una gran afluencia, por lo que si te has decidido a acudir hazlo pronto, y con pronto nos referimos a que pases el día allí desde bien temprano, ya que el parking se llena fácilmente.
Si quieres evitar el coche, los domingos desde junio hasta finales de septiembre, un autobús conecta desde el aparcamiento Sa Plana, en San Juan, con cala Benirràs.
Si vas a conducir hasta cala Benirràs te aconsejamos que lleves gafas de sol ya que en algunos tramos del camino te lo encontrarás de frente, algo bastante incómodo porque la visibilidad de la carretera se reduce.
Una curiosidad
En el año 2010 un peligroso incendio asoló parte de la zona. A día de hoy aún pueden verse algunos de los daños que causó.