Al igual que muchas de las playas y calas de la zona, cala Llenya mantiene ese carácter tranquilo de las que se ubican al noreste de la isla de Ibiza. Principalmente es familiar, pero cualquiera puede ir a tomar un baño a este precioso rincón.
En cuanto a sus aguas, deberás tener suerte. Bien es cierto que es limpia, como la de todas las calas de Ibiza, sin embargo, su transparencia dependerá del oleaje que haya el día que elijas. Suelen ser aguas cristalinas, pero cuando las olas aprietan remueven el fondo y lo enturbian un poco. Si no eres demasiado quisquilloso no te importará.
Es una playa profunda, con lo que cuentas con un espacio bastante amplio para colocar tu toalla sobre su fina arena. Incluso puedes hacer uso de su frondoso bosque de pinos cuando las horas de sol sean demasiado fuertes.
Llegar es sencillo, encontrarás una carretera asfaltada hasta la playa. Una vez allí podrás estacionar tu vehículo en un espacioso parking gratuito que cuenta con una zona reservada para personas con diversidad funcional. Tiene una capacidad amplia, sin embargo no te duermas en temporada alta si quieres lograr un hueco en la sombra. Una vez te adentres en la playa, verás que posee una gran cantidad de arena blanca. Para facilitar tu acceso hasta la orilla han habilitado un camino de tablas de madera perfecto para carritos de bebé y personas con movilidad reducida.
También cuentan con servicio de sombrillas y hamacas de alquiler, duchas y un chiringuito sin demasiadas pretensiones en el margen derecho, perfecto para tomar un tentempié o algo refrescante.
Cala Llenya está dotada de servicios lúdico-deportivos. Gracias a sus condiciones ofrece un marco ideal para la práctica de la vela ligera, el buceo de superficie y, sobretodo, para el vóleibol, muy popular aquí. Los más pequeños podrán pasar el día entretenidos con los velomares.
Asimismo, la belleza del entorno que la rodea invita a realizar interesantes excursiones a pie a aquellos que disfruten con el senderismo.
El plan
Todos los domingos del año, en el restaurante de la playa se monta el mercadillo de Cala Llenya, donde podrás encontrar todo tipo de artículos de segunda mano y un ambiente muy peculiar y divertido. Es uno de los favoritos de los residentes de la isla.