Cala Gració es una pequeña cala tranquila de aguas turquesas, arena dorada y un entorno natural repleto de pinos. Se encuentra cerca de San Antonio, desde donde salen autobuses que te dejan allí.
Está ubicada en una bahía cerrada a vientos y corrientes y hay que adentrarse mucho en el agua para que cubra. Por estas características, es una playa ideal para familias con niños.
Cala Gració cuenta con diversos servicios, como las pasarelas de acceso hasta la playa para personas con movilidad reducida, servicio de socorrista y un chiringuito muy cerca del mar para tomar un refresco o picar algo.
Otra de las ventajas que posee cala Gració es que justo al lado se encuentra cala Gracioneta. Una calita pequeña con propiedades muy similares a las de su vecina. Lo mejor para llegar a ella es que cojas el caminito que rodea la costa a la derecha de Cala Gració. En ella podrás relajarte sin tantas familias.
Predomina el agua clara, la arena blanca y la vegetación mediterránea. Es una auténtica delicia pese a que, debido a su reducido tamaño, se llena enseguida.
En esta cala hallarás el restaurante Cala Gracioneta, un precioso local en el que podrás saborear lo mejor del Mediterráneo a pie de playa.
Los hoteles cercanos a estas dos calas son tranquilos y están algo apartados, por lo que podrás gozar de un agradable sentido de privacidad y aislamiento. Como ya hemos comentado, son perfectos para familias.
Por último, contarte que ambas calas son idóneas para disfrutar de su fondo marino así que no olvides llevar tu equipo de esnórquel.
Un consejo
Si te quedas hasta bien entrada la tarde, puedes aprovechar para contemplar una fantástica puesta de sol. Camina por las rocas hasta mar abierto, con cuidado eso sí. Cuando estés frente al mar solo tendrás que respirar hondo, relajarte y disfrutar del espectáculo del ocaso.