Caló des Moltons, en el pueblo de San Miguel, San Juan, es una de esas joyas poco explotadas con las que nos sorprende Ibiza de vez en cuando. Si te apetece disfrutar de un día de playa tranquilo, sin el bullicioso ambiente de las playas más concurridas de la isla, ¡este es tu sitio!
Una diminuta cala de arena gruesa y piedras que aparece de repente entre los acantilados y las verdes montañas de pinos. El fondo es de arena gruesa y piedras que podrás ver a la perfección gracias a la transparencia de sus aguas. Esta característica la hace ideal para la práctica del esnórquel.
Para llegar hasta aquí deberás aparcar tu vehículo en el puerto de San Miguel y, mirando a la playa, a mano izquierda verás un sendero que bordea la costa. Síguelo hasta que llegues a caló des Moltons. No es una ruta demasiado complicada, sin embargo, sí puede resultar algo pesada para los niños.
Una vez en ella podrás extender tu toalla sin problema (su ocupación suele ser baja) o, si lo prefieres, alquilar una de las hamacas o camas balinesas que se sitúan en la arena.
Este magnífico rincón lo completan unas cuantas casitas varadero, un pequeño chiringuito ecológico famoso por sus sardinadas y un punto de alquiler de tablas de surf de remo o paddle surf.
Por cierto, nunca está de más que lleves escarpines ¡Te harán el acceso al agua mucho más sencillo!
Recomendación
Si te has levantado con la vena aventurera puedes continuar todo recto por el mismo sendero por el que has llegado hasta caló des Moltons. Un tramo más adelante encontrarás la cala de sa Ferradura, es Pas de s’Illa y la torre defensiva des Molar, con unas vistas espectaculares a la costa, al puerto y al islote privado s’Illa des Bosc. No es una ruta demasiado larga.