Cala Bassa Ibiza es una de las playas más frecuentadas de la isla por su belleza y por su cómodo y práctico acceso, ya que aparcas a pie de playa. Si no encuentras aparcamiento, siempre podrás acudir al parking de pago. Tras abonar unos cinco euros te darán un cupón que podrás canjear por un agua o una cerveza en un chiringuito de la zona. Si estás alojado en San Antonio, en verano no necesitarás ni coger el coche, puesto que hay un servicio de ferry regular que te deja en la misma cala en tan solo 15 minutos.
Es una de las favoritas de las familias por las facilidades que ofrece a la hora de ir con los niños y por su arena fina y sus aguas cristalinas. En ellas los peces se ven claramente, haciendo las delicias de los más pequeños de la casa. El agua es limpia y clara y la estructura de bahía cerrada de la playa hace que parezca una auténtica piscina natural. La pendiente a la hora de adentrarte en el mar no es demasiado pronunciada y la visibilidad en la playa es total prácticamente desde cualquier punto, por lo que los menores estarán a salvo en todo momento. Cuenta con baños y con torre de socorristas.
Hay tumbonas y sombrillas y existe la opción de comer, cenar o bien picar algo o tomar un zumo en los restaurantes y chiringuitos que posee. El más popular es sin duda CBbC Cala Bassa Beach Club, que pone a tu disposición tres ambientes distintos en los que probar lo mejor de la gastronomía mediterránea.
Cala Bassa, además, está rodeada por un pequeño bosque de sabinas con troncos moldeados por el aire donde podrás resguardarte del sol mientras lees o incluso te echas una pequeña siesta.
También podrás practicar deportes acuáticos como el flyboard o pilotar una moto de agua. Y, si lo que te va más es sentarte en una cómoda terraza y escuchar música en directo, acércate hasta alguno de sus locales. El ambiente que encontrarás no te defraudará.
Un consejo
Si tienes pensado pasar el día en cala Bassa Ibiza, no tardes en llegar, puesto que es una de las playas más concurridas de Ibiza.
El dato
Los más valientes suelen acercarse a la zona de los pequeños acantilados que hay en el margen izquierdo de la playa para saltar desde ellos al mar y descargar adrenalina.